Es pariente del leopardo africano, pero mucho más macizo, y en vez de vivir en las sabanas africanas, lo hace en las rocosas laderas de la cordillera más alta del mundo, el Himalaya. Cubierto desde las patas a la cabeza por un grueso pelaje, soporta temperaturas bajo cero y vientos huracanados. Entre las rocas, su pelaje pasa desapercibido, ya que se funde con su entorno. Suele salir al atardecer en busca de presas, algunas de ellas tres veces más grandes que él mismo. Sus músculos poderosos, sus precisos saltos y su fuerte mordida aumentan las posibilidades de tener éxito.
Foto: es.wikipedia.com
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