Es un bicho que pareciera estar rezando, pero que en realidad es un formidable cazador en acecho. Son insectos carnívoros, tanto que al terminar de aparearse, las hembras suelen matar a los machos mordiendo sus cabezas, para luego comérselas. Ellas también mueren unas semanas después de poner sus huevos, que pueden llegar hasta 1000.
Cuando está esperando para atrapar una presa, la mantis sostiene sus patas delanteras levantadas y plegadas. Están adaptadas a la caza, cubiertas de espinas y con un borde parecido al de un cuchillo.
También pueden ser llamadas tatadiós, mamboretá o caballito del diablo.
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