lunes, 6 de mayo de 2013

Tarsero

Natural de las espesas selvas y bosques tropicales de borneo, Sumatra, Indonesia y Filipinas, este primate llama la atención por sus ojos gigantescos y cuerpo diminuto. Es solitario y de hábitos nocturnos, lo que explica el tamaño de sus ojos. Al igual que las lechuzas y búhos, el tarsero no puede moverlos, por lo cual siempre miran hacia adelante. Compensa esa limitación pudiendo girar la cabeza casi en 360 grados. Se alimenta de insectos, lagartijas, arañas y otros pequeños animales. Vive trepando por los troncos y saltando entre las ramas de los árboles. Los dedos de sus manos y pies son muy largos y terminan en un ensanchamiento semejante a una almohadilla adhesiva, que le permite agarrarse mejor a las superficies rugosas. Es tan esquivo que es considerado uno de los mamíferos más difíciles de estudiar en su hábitat natural.