Las cigarras tienen un cuerpo robusto y coloreado, ideal para camuflarse entre las hojas y las ramas de los árboles en donde viven. Aunque algunos no tienen el gusto de haberla visto alguna vez, seguramente sí escucharon su canto característico en los días más calurosos. Se trata de unos chirridos cortos, seguido de uno bien largo. Es el macho quien canta, que anda buscando hembras para formar pareja. Tiene en su cuerpo un órgano especial, una especie de tambor, con membranas y sacos de aire que hacen de cajas de resonancia. Los machos y las hembras pueden escuchar su canto gracias a otra membrana parecida a nuestro tímpano, pero que en el caso de la cigarra se ubica en el tórax.
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