Es un mamífero extraño y poco conocido que vive en un solo lugar en el mundo: el bosque tropical del centro de África. Tan escondido estaba allí, que recién se lo conoció fuera de esa zona después del año 1900. Resulta de verdad difícil encontrarlo. Como las jirafas, tiene un sentido del oido muy agudo y huye ante el primer ruido extraño. Por eso le hace la vida muy complicada a su principal predador, el leopardo. Su pelaje de textura parecida al terciopelo y las rayas en sus cuartos traseros también lo ayudan a camuflarse en el follaje. No es tan alto como la jirafa porque en el bosque donde vive las hojas, los brotes, los frutos y los hongos con los que se alimenta están más cerca del suelo. En general recorre su territorio de día y solo, salvo en la época de reproducción. Su lengua mide aproximadamente 30 cm, lo que hace que llegue a lamerse hasta las pestañas. Además de usarla para limpiarse, es su herramienta principal para arrancar las hojas y brotes de los árboles. El okapi come el carbón que queda de los troncos quemados durante los incendios forestales y la arcilla de las orillas de los ríos, así obtiene las sales y minerales que necesita para estar sano.
Foto: de.wikipedia.org
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